Creando Sueños

Michelle era una niña de 11 años. Su rostro reflejaba tranquilidad, alegría y optimismo. Sus ojos negros y expresivos contrastaban con su tez blanca.

Llego al colegio en el mes de febrero. La verdad es que su presencia no causo gran sorpresa, pero si asombrada el  amplio conocimiento que ella tenis de todos los temas.

No obstante, la gente desconocía el secreto de ella guardaba. Tenía el poder de hacer realidad los sueños de sus amigas. Las personas que tocaban su corazón, podían vivir extraordinarias aventuras con ella y con los seres que ellas quisieran. Incluso, podían viajar a través del tiempo o ser parte de historias maravillosas.

El 6 de febrero sonó el timbre para salir a descanso.

Apenas sonó el timbre fui al baño, cuando salí del baño vi a Michelle que me estaba esperando, Michelle me dijo: te voy a contar un secreto pero no se lo digas a nadie, yo dije: está bien.

Michelle me llevo al salón de clase donde nadie más escuchara.

Michelle dijo: ahora si te contare mi secreto pero prométeme que no dirás nada, yo dije: bueno, luego Michelle me dijo tócame el corazón, y yo le dije: yo no te puedo tocar el corazón, Michelle me dijo: si, si puedes, tócamelo.

Yo le dije: está bien luego se lo toque y nos transportamos a la fábrica de Willy wonka y yo dije: oh por Dios! estamos en la fábrica Willy wonka y Michelle dijo: si, vez que era cierto lo que decía, y yo dije: sí.

después Willy wonka nos dijo: quieren conocer la fábrica y nosotras dijimos: sí, claro, Willy wonka nos llevo a conocer, luego de haber conocido la fábrica nos dijo: quieren comer chocolate y nosotras dijimos: si, gracias y fuimos como a una cocina a comer, luego de una media hora le dijimos a Willy wonka que muchas gracias por todo pero que ya nos teníamos que ir a nuestro colegio y Willy wonka dijo: está bien, espero que la hayan pasado bien, adiós, nosotras dijimos: si, muchas gracias, adiós y le toque el corazón a Michelle y nos transportamos de nuevo al colegio y seguimos en nuestra jornada de nuevo y todo siguió normal y con Michelle nos seguimos transportando a lugares que queríamos y fuimos las mejores amigas.